sábado, 22 de octubre de 2011

Ruta atalayas II: Abizanda

Siguiendo con las series de entregas “Ruta de Atalayas”, la vez anterior hablamos sobre Castillo de Torreciudad. Hoy vamos a conocer el Castillo de Abizanda o puerta del Sobrarbe. El viaje comienza en El Grado, el paisaje comienza a cobrar protagonismo en las inmediaciones del embalse; la carretera poco a poco va retorciéndose en un paisaje de media montaña, que de vez en cuando, deja asomar bellas panorámicas de la orilla izquierda del Cinca. El Castillo de Abizanda, encastrada a lomos de una mula rocosa, y coronada por su enorme torre de piedra que atrae las miradas de todos.
A continuación un extracto de la web Templarios de Aragón

La bella fortificación de Abizanda es de origen musulmán, fundada por Ibn Sallam como una de los principales plazas fuertes de la Marca Superior, en aquella época era denominada Abinyuyas de donde deriva su nombre actual.
Fue tomada por Sancho el Mayor en 1017. Se acepta su reconstrucción en 1023 para atacar la cuenca del Isábena. Conocemos el nombre de sus primeros tenente. El primero es Ato Galíndez, que lo fue entre 1055 y 1076. Ello indica que era plaza cristiana ya en tiempo de Ramiro I. Fue la fortaleza cristiana más meridional, de las que defendieron la cuenca del Cinca.
La torre es obra de maestros lombardos llevada a cabo hacia 1023; para plantear el ataque de la cuenca del Isábena. La edificación del recinto y capilla del castillo es posterior, obra de maestros locales.



En 1413 sufrió un gran ataque de los seguidores del conde de Urgel. Después, en 1416, Diego de Fuensalida renunció a la donación que fernando I le hizo del lugar, por lo que Alfonso V lo dedería a Domingo de Naya.
La Torre de Abizanda es uno de los mejores donjones de Aragón, muy vistoso, pero poco conocido. Donjon es palabra francesa que designa las torres con salas que tienen función de palacio. No son como la torre del homenaje de otros castillos que tienen sus dependencias alrededor. Son todo en uno, atalayas, miradores, pero también residencia, en varios pisos. De ahí que sean grandes torres. Son como un castillo completo pero en vertical, como militares rascacielos del siglo XI.

Se construyó aprovechando el mogote calcáreo que se encuentra sobre el abrupto acantilado del barranco El Río, lo que le proporcionaba una defensa natural en su lado norte. Tiene planta rectangular de 13,5 x 8 metros, los muros son de piedra de 1,95 metros de espesor, y tiene una superficie interior de 38 m2 de planta, el basamento corresponde a una antigua construcción defensiva de origen árabe y está construida directamente sobre la roca.
Con 24 metros de altura, el interior está dividido en 5 pisos: el primero de almacén, en el segundo se encuentra la puerta de acceso, situada en altura por motivos de defensivos y a la que se accedía siempre con escaleras de madera, los dos pisos superiores cumplían las funciones de vivienda y el último era defensivo. La división de las plantas y el cadalso defensivo que coronaba la torre estaban íntegramente construidos en madera.
El los pisos tercero y cuarto encontramos tres ventanas geminadas que ampliaban la visión del entorno. El cadalso defensivo ha sido reconstruido en su totalidad tras la rehabilitación y en la época de su construcción estaría abierto. La torre de Abizanda, por su calidad constructiva y por sus dimensiones es comparable a la torre del castillo de Loarre y a la torre de Biel.

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